Viernes 8 de diciembre de 2023
Uno de los pilares de los Hermanos de la Inmaculada Concepción en Chile, Gerardo van Vugt cumplió 84 años, casi 50 de los cuales ha vivido en nuestro país.
El hermano Ge, es el religioso FIC que más años lleva en nuestro país y ha formado parte del nacimiento de los d¡colegios de Talca, el Centro Educacional Luis Rutten (CERL) y San Antonio (CESA), de los cuales ha sido director y profesor.
Para agradecerle por todo lo realizado sus años de servicio en nuestro país, los alumnos del San Antonio presentaron números artísticos, además de carteles, palabras de gratitud del personal y apoderados hacia su persona.
La Trayectoria del hermano Ge
Llegó en 1974 a nuestro país y desde el primer momento se dedicó con toda su alma a la juventud y a los pobres, siguiendo el mandato y fundamentos de la Congregación Hermanos de la Inmaculada Concepción.
De inmediato empezó a trabajar con los niños y sus familias, convencido de que el éxito de los menores en el aula solo era posible con familias presentes y comprometidas.
Se instaló en Talca en 1975 y se involucró de lleno con los habitantes de la población Flor de Chile. Trabajó con ellos y llegó a crear suficiente unidad entre ellos, para formar la comunidad de base Virgen de Esperanza y lideró a un a un grupo de hermanos, que ayudó a los pobladores del lugar a arreglar sus casas y construyó además una para los religiosos. Ge quedó a cargo de la catequesis y liturgias y organizaba campamentos con los niños de la población.
Paralelamente, comenzó a involucrarse en el proyecto del Colegio Integrado de Talca, CIT, la innovadora experiencia de educación cristiana, que unió en una institución a tres colegios diferentes.
A fines de los 70, el Consejo Provincial le pidió al hermano Ge dedicarse a la construcción de una población con viviendas sin deuda para los más pobres del sector, edificadas íntegramente por sus dueños y en 1984 la Congregación de la Inmaculada Concepción le encomendó buscar en Talca un lugar para estas viviendas y hacerse cargo de levantar una población que acogiera a estas familias.
Liderados por el religioso holandés, los nuevos pobladores se volcaron a la tarea de levantar sus viviendas con la esperanza de tener por fin un lugar propio y digno donde vivir.
A mediados de 1985, la tarea estaba casi lista con la edificación de 24 casas de piso y medio, que cerraban la primera etapa de la naciente Villa San Antonio. Luego vino la segunda fase, para la que se compraron nuevos terrenos con el capital rotativo en un sector vecino. Otra vez se consiguieron subsidios y dineros extra para las casas y se llevó a cabo la autoconstrucción de viviendas hechas por sus mismos dueños con un aporte de 2 mil 200 horas de trabajo por familia.
Más tarde, y durante tres años, se hizo cargo de la formación de nuevos postulantes de la Congregación.
Luego encabezó la creación del Centro Educacional Luis Rutten y hoy, ya retirado, decidió quedarse en Chile, viviendo con su comunidad religiosa en una de las casas que él mismo construyó en la Villa San Antonio de Talca, frente al CESA. Actualmente, se dedica a estudiar, leer y traducir documentos del inglés y neerlandés al español. Además, tiene tiempo para la carpintería y para visitar la cárcel de Talca como parte de un grupo pastoral que trabaja con los reclusos.
Más tarde, y durante tres años, se hizo cargo de la formación de nuevos postulantes de la Congregación.
Luego encabezó la creación del Centro Educacional Luis Rutten y hoy, ya retirado, decidió quedarse en Chile, viviendo con su comunidad religiosa en una de las casas que él mismo construyó en la Villa San Antonio de Talca, frente al CESA. Actualmente, se dedica a estudiar, leer y traducir documentos del inglés y neerlandés al español. Además, tiene tiempo para la carpintería y para visitar la cárcel de Talca como parte de un grupo pastoral que trabaja con los reclusos.