FIC despide a hermano Patricio Guentelican

Con esperanza en la Resurrección y profunda gratitud por su vida entregada al servicio del Evangelio y la educación, la Congregación FIC informó de la Eucaristía de despedida del hermano Patricio Guentelican Pérez, que se celebró el 27 de julio pasado en la Parroquia San Sebastián de Talca.

El hermano Patricio falleció el 24 de julio de 2025 en el Hospital de Talca. Ese mismo día recibió la Unción de los Enfermos.

Nació el 5 de junio de 1967 en Punta Arenas. Hijo de Darío y Eulalia, vivió con sus padres en la Isla Grande de Chiloé, Chile. Participando en misiones de evangelización en la isla, oyó hablar de los Hermanos FIC y quiso conocerlos. Para eso viajó a Santiago, donde comenzó su formación en 1990. Hizo sus votos en la Congregación FIC el 6 de marzo de 1993.

En Talca, completó sus estudios profesionales en inglés (1999) y se convirtió en consejero familiar y educativo (2005) y obtuvo un diploma en Psicología Transpersonal (2010).

Realizó su apostolado en el Colegio San Antonio (CESA), donde se desempeñó como profesor de inglés y apoyó a familias y alumnos como orientador. En el Centro Educacional Luis Rutten (CELR), en tanto, estuvo a cargo de la escuela nocturna para adultos y cursos cortos sobre atención al paciente. Durante sus años como director, combinó la capacidad de guiar eficazmente a sus estudiantes y grupos de padres, a quienes impactó en sus vidas.

Como educador, abrió caminos de apoyo socioemocional; como consejero, escuchaba y consolaba; y como hermano, vivió con cercanía y compromiso, con el corazón abierto.

Dentro de la congregación, acompañó los procesos de formación inicial y, como miembro del equipo de formación, participó en el Encuentro de Formadores en Indonesia (2008), de donde regresó en 2012 como miembro del Capítulo General. En 2021, fue nombrado Superior Local de la Comunidad de San Antonio y elegido consejero provincial.

En su vida, realizó una entrega silenciosa y fiel, marcada por su calidez y amor concreto por los demás. Será recordado por su alegría, su dedicación, su cuidado en la vida cotidiana y su humilde servicio.

Desde el día de su fallecimiento, la oración ha sido constante, con muchos testimonios de gratitud hacia el hermano Patricio y la congregación por su servicio y misión entre la gente.