Martes 24 de mayo de 2022
Una gran fiesta se vivió en el Centro Educacional Hermano Bernardo, donde celebraron el natalicio del hermano Bernardo Hoecken, quien dio el nombre al colegio.
El Hermano Bernardo nació en 1810 al sur de Holanda y fue bautizado como Jaime. Cumplió sus estudios con esfuerzo y dedicación y su familia se encargó de complementar estos aprendizajes en el hogar junto a sus hermanos.
Aunque durante su juventud tuvo una relación amorosa con una niña de su barrio, nunca llegaron al compromiso. La joven decidió ingresar al Convento de las Hermanas Clarisas, mientras desde la vida laica, Jaime trabajaba en sus horas libres en la parroquia.
Conversaba a menudo con su cura párroco, el Padre Juan, quien posteriormente sería nombrado Obispo de la diócesis y pieza clave para que Jaime descubriera su verdadera vocación.
A cientos de kilómetros, y un año antes del nacimiento de Jaime, nació en Maastrich Ludovico Rutten, quien recibió de su familia una educación profundamente cristiana, que lo llevó a ingresar al Seminario, donde estudió con entusiasmo, tratando de aprobar dos años en uno. Luego de ser ordenado en 1837 nació en él la inquietud sobre la suerte de los niños pobres en su ciudad natal.
El sacerdote Juan Zwisen, recientemente nombrado Obispo de su diócesis, ofreció al Padre Rutten la ayuda de Jaime para que juntos trabajaran en dar abrigo y educación a los niños de Maastrich.
Años más tarde, Jaime se transformó en el Hermano Bernardo, primer superior de la Congregación de Hermanos de la Inmaculada Concepción y líder de la expansión de la orden por Europa.