Lunes 22 de diciembre de 2025
Un cariñoso saludo de Navidad hizo llegar el hermano Augustin Kubdaar, superior general de la Congregación FIC, en el que llama a recordar la verdadera esencia de esta fecha: «ir más allá de nosotros mismos para satisfacer las necesidades de los demás» y preguntarnos «¿qué más puedo dar y ofrecer a los necesitados?».
En una carta enviada a las comunidades de los Hermanos de la Inmaculada Concepción en todo el mundo, dice que «el amor de Dios nos desafía a ver la Navidad no solo como un día, sino como una forma de vida» y se pregunta: «Si Dios nos ha amado tan profundamente, ¿cómo podemos dejar de amarnos unos a otros?». Si Dios ha entrado en la oscuridad de nuestras vidas, ¿cómo podemos nosotros, creados a su imagen y semejanza, permanecer indiferentes mientras nuestro prójimo se ve agobiado por la opresión y la desesperación? ¿Cómo podemos pasar por alto a los desesperados y hambrientos, fingiendo que no existen? ¿Cómo podemos celebrar la Navidad ignorando a quienes Cristo vino a salvar?»
«Como hermanos, sabemos celebrar; sabemos disfrutar de la vida, hacer fiestas, vestir nuestras mejores galas y llenar nuestras mesas de comida y bebida», sigue la carta, agregando que «en lugar de medir nuestra alegría por las cosas materiales que poseemos o que hemos preparado para Navidad, midámosla por el amor que compartimos, la esperanza que inspiramos y las vidas que tocamos».
El hermano Agustín nos insta a «marcar la diferencia» haciendo transformaciones pequeñas, pero significativas en nuestro entorno, comenzando con las personas más cercanas. «El Consejo General busca promover esto constantemente. Esta Navidad, comprometámonos a garantizar que quienes trabajan en nuestros hogares y oficinas, los cocineros, el personal de seguridad, los conductores y otros, experimenten la calidez de la Navidad. Asegurémonos de que se sientan valorados, respetados y apreciados«.
«Sé la luz», termina diciendo y aclara que «Cristo nos llama a ser agentes de cambio, entrando en el mundo de los demás como Él entró en el nuestro. Al igual que Cristo, la Navidad nos llama a ser luz y esperanza para quienes viven en la oscuridad y se sienten desesperanzados».